Las Guacamayas -aves de la familia de los psitácidos- son animales muy apreciados en Caracas por la vistosidad de sus colores y la sonora algarabía con que se comunican entre ellas, pero también porque se han acostumbrado a posarse en los altos balcones para recibir alimentos de los humanos.
En mi caso lo que me atrae es su vuelo, sus formas y su potencia. Desde que llegué a Caracas hace 4 meses me ha sorprendido el incremento de su presencia; sin duda otorga una "personalidad" distinta al ambiente donde se encuentran. Las veo y escucho volar todo el tiempo casi sobre mi cabeza y al levantar la vista lo que menos me importa, o me atrae, es el colorido. Sus movimientos, las formas que trazan, la coreografía... es eso, y creo que por eso desde el primer momento las aprecié en sus volúmenes, texturas y figura, las vi volar en blanco y negro o en escala de grises.
El vuelo de las Guacamayas para mí es así, una urdimbre maravillosa que encanta y que aún no termino de hilar porque no va en paralelo, aunque a veces sí. Pero en fin, el vuelo de las Guacamayas es esta fascinación por la algarabía de sus trazos aeronaúticos que encuentro llenos de poesía.